Asamblea General (14/06/2022)

Diploma a los Socios super seniors (+de 90 a.): SOCIOS HONORIFICOS

Buenos días a todos /as

Apreciados/as y queridos/as colegas:

En el reparto de trabajo que nuestro presidente tuvo a bien distribuir a los componentes de la Junta para el desarrollo de la Asamblea, me pidió que hiciese la presentación y posterior entrega del Diploma de Socio Honorifico a aquellos socios que han superado la barrera de los 90 a. Permitidme que brevemente lea unas notas, en lugar de hablar, de ellos que no son otros que:

La Dra. Elena Pérez y el Dr. Miguel Cuesta.

No voy a extenderme en sus méritos profesionales, que son muchos y que seguramente conoceréis mejor que yo; pero si resumir en unas pocas frases lo que percibí en su trato, como personas.

A la Dra. Elena Pérez la conocí en el año 1977, cuando inicié mi residencia en el recién formado Servicio Cirugía General en Mutua; ella ya dirigía, como jefa de servicio, el Laboratorio del hospital y era responsable además de la analítica del CAP de Rubí ya que había ganado la plaza de Análisis Clínicos de la Seguridad social.

 La recuerdo como una mujer menuda de apariencia frágil, nada más lejos de ser así, activa y enérgica, alegre, firme en su trabajo y siempre elegante. Empática, te sabia escuchar. De ideas claras y defensora de su servicio y del personal a su cargo con “uñas y dientes” y como buena negociadora sacaba provecho para el laboratorio.

Tuvo ocasiones de cambiar de hospital y no lo hizo, prefería mantener amigos en Mutua que la posibilidad de no hacerlos en otros lugares de trabajo.

En el momento de la jubilación ayudó a preparar el camino del que sería el Laboratorio de Análisis Clínicos del Parc Logistic en Viladecavalls. De hecho, se jubiló de Mutua, pero mantuvo durante algunos años el trabajo del CAP de Rubí.

Por las mismas fechas también conocí al Dr. Miguel Cuesta que simultaneaba su labor entre el Hospital del Tórax, del que era jefe del Servicio de Cirugía Torácica, y Mutua de Terrassa en el que ejercía de Consultor desde 1976. En alguna ocasión estando de guardia colaboré con él, igual que mis otros compañeros residentes de Cirugía, en algún procedimiento quirúrgico urgente de patología torácica, cuando los quirófanos de urgencia estaban ubicados en la propia planta de Urgencias y no se había puesto en marcha aún el servicio de Cirugía Torácica en Mutua.

Tras el cierre del hospital del Tórax en diciembre de 1988, ejerció su labor como responsable de la Cirugía torácica en Mutua hasta febrero de 1994 fecha de su jubilación oficial. Posteriormente fue nombrado Cirujano Torácico Emérito del HMT.

Lo recuerdo como, valga la palabra, un caballero, serio y agradable de trato, amable, preocupado por sus pacientes y muy cercano en el dialogo, muy apreciado por las personas con las que se relacionaba en su trabajo; y como detalle anecdótico diré que en alguna ocasión me llamó la atención verlo vestido con una chaqueta adornada con botones “charros” típicos de su tierra salmantina.

Para finalizar, utilizaré una frase extraída de una charla que dio en diciembre de 1994, aprovechando su paso a la jubilación oficial, en la sesión inaugural de la Sociedad Catalana de Cirugía Torácica y que creo que de alguna manera define la trayectoria personal de Miguel Cuesta.

La frase era de R. Zencker y, en su idioma original, alemán, dice así was man ist, blieb man audern shuldig y traducida viene a decir que LO QUE UNA PERSONA ALCANZA EN LA VIDA REPRESENTA DE ALGUNA FORMA UNA DEUDA HACIA OTRAS PERSONAS, dando Miguel a entender su agradecimiento a todas aquellas personas que de alguna manera le habían ayudado en su andadura por la vida.

Dr. Garcia Olivares